Rendimiento deportivo: entrenamiento, nutrición y descanso

Alcanzar un rendimiento deportivo óptimo es el gran objetivo de todas las personas que practican cualquier tipo de actividad física, ya sea de manera profesional o amateur.

Popularmente se cree que el único factor que influye en la mejora de los resultados es la condición física, pero no es así. El rendimiento deportivo va mucho más allá, depende de la puesta en marcha de una serie de factores tan importantes como son la obtención de energía o la recuperación tras un gran esfuerzo.

El rendimiento deportivo se construye pues sobre tres pilares fundamentales: entrenamiento, alimentación y descanso. Es el correcto equilibrio entre estos lo que ayudará al cuerpo a avanzar y alcanzar las metas deportivas que se proponga.

Come bien, rinde mejor

El cuerpo humano para poder afrontar el esfuerzo físico que supone un entrenamiento o una competición necesita disponer de los nutrientes necesarios para poder hacer frente. De poco va a servir una preparación bien estructurada y un gran sacrificio si no se tiene en cuenta que se come antes, durante y tras el ejercicio físico.

Deportes hay muchos y cada uno tiene unas características técnicas que harán que el deportista deba seguir un plan personalizado. Es básico seguir una dieta basada en alimentos saludables y lo menos procesados posibles donde las frutas y las verduras son indispensables.  

También es importante gestionar de manera adecuada el aporte de hidratos de carbono y proteína. Mientras el primero será el protagonista antes y durante el ejercicio, el segundo lo será una vez finalizada la actividad física ayudando al cuerpo en su recuperación. Además de esto el deportista no puede olvidarse de las grasas. Estas no solo ayudan en la entrega de vitaminas esenciales, minerales y nutrientes; también proporcionan ácidos grasos esenciales que el cuerpo puede utilizar como fuente de energía.

El descanso, el gran olvidado

Dosificar bien el esfuerzo y recuperarse debidamente tras este es esencial para obtener mejoras deportivas. Las ganas de mejorar, de conseguir el objetivo deseado, conduce en multitud de ocasiones a estados de sobreentrenamiento con efectos contrarios a los deseados como lesiones.

Tras sesiones fuertes resulta indispensable planificar días de descanso o entrenamientos más suaves. Esto ayudará a asimilar todo el entrenamiento previo, conseguir una mejora más eficiente y que el músculo pueda regenerarse.

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