Adrián Ballester y su GR10Xtrem

El principio de cualquier prueba es el momento en el que decidimos con determinación que esa misma competición será nuestro objetivo. Tener claro cuáles son nuestras metas y las motivaciones que nos llevarán a conseguirlas debe ser el punto de partida para lograr nuestros sueños.

Para nuestro protagonista, «el año empezaba enfrentándome a la distancia más larga que jamás había hecho, así que en absoluto sabía qué podía esperar, y sí, me comían los nervios. David me dijo que había entrenado bien, que estaba preparado, más me costaba creerle. Al menos la previsión del tiempo era buena; sol y poco viento… mejor! siempre he preferido el calor al frío.»

Correr no es solamente correr, no es ganarles a todos, es ganarte a ti mismo… Adrián salió con esa determinación el pasado sábado 10 de enero; «Arrancamos a las 6 de la madrugada y ya en la primera subida a Monte Picayo, aún a oscuras, se notaba un aire cálido en el ambiente, como si las rocas irradiasen calor; “¿alguien ha enchufado la estufa?…” comentó algún corredor.

 Iba tranquilo; mi objetivo era acabar la prueba y necesitaría ir con cabeza. Llegué al canal del Garbí, barranco de roca roja conocido por tener alguna trepada con cadenas, sin mucho tráfico, así que puede ascender bastante rápido; sin tapones.

 Ya arriba, superada la parte más dura de la prueba en cuanto a ascensos, los kilómetros fueron cayendo hasta Gátova, ecuador del recorrido. Este año la consellería de medioambiente prohibió el paso por una zona de especial protección, por lo que antes de Gátova se tomaba un desvío que añadía 3 kilómetros más a la prueba. Esto forzó a la organización a poner un avituallamiento extra ya que si no hubieran sido unos 26 km a pelo (bueno, quizás hubiese alguna fuente entremedias, no lo recuerdo…). Aún así, el excesivo calor pasaría factura a más de uno. De 293 participantes hubo más de 70 abandonos y apostaría a que la deshidratación tuvo gran parte de culpa. Yo por suerte iba con mi camelbak de 2,5 litros (ande o no ande…) que sin duda me salvó la jornada.

En Gátova me esperaban Beatriz, mi mujer, y unos amigos; un apoyo moral fundamental. Unas fotos, un poco de charla, un plato de macarrones, medio sándwich y venga… 18 km hasta el próximo avituallamiento. La carrera discurre ahora por unas pistas bastante llanas que mentalmente me desgastaron mucho y por las que avancé corriendo intermitentemente, a tramos cortos. Sin embargo, llegué a Montmayor (Km 68) con buen ánimo, en el tiempo que había calculado, y mucho mejor de lo que esperaba.»

 No es ser el primero o el último, es salir decidido a darlo todo…

«Ya oscurecía cuando llegué a Sacañet (Km 80); ahora la fatiga era considerable y la noche derrumbó un poco mi espíritu a pesar de andar bajo un cielo estrellado de esos que quitan el hipo. Canales era el último avituallamiento, solo quedaban diez kilómetros mayormente de descenso. Comí algo y me vine arriba! Volvieron las fuerzas al ver cerca el final.

Llegué a meta tras 15 horas y media. David tenía razón, pude hacerlo. Sé que sin los entrenos y la disciplina no lo hubiera logrado y me siento muy orgulloso de lo conseguido; para esto entrenamos!»

CLASIFICACION

10917301_327516907455577_8175524757003365520_n 10933862_327516507455617_3129336128724065042_n10933705_327516534122281_8446522865071251295_n

16 Comments

Post A Comment