Gracias.

Se me hace complicado empezar a escribir esto, que curioso ¿eh? A mí, que precisamente eso nunca me había costado. Sé que no he sido precisamente la «mejor alumna» jajajaja, pero también sé que no podría haber tenido un mejor maestro para descubrir este mundo tan maravilloso y que tanto nos apasiona.

 

Gracias por confiar en mí desde el minuto uno, tanto como deportista, como en forma de periodista/redactora. Nunca olvidaré momentazos como el haber tenido el placer de escribir esta entrada sobre Sonia titulada “Un trocito de cada carrera quedará guardado para siempre en mi corazón” o «abrazos de vida», dónde reivindicaba lo que de verdad «nos hace grandes».

Así como «La vida era eso» , dónde recordaba la importancia de «disfrutar del camino». Y no sólo éstas, sino tantas otras sobre Rober, sobre Jessy, sobre todos y cada uno de los compañeros que formaban y aún forman parte de ese gran grupo de entrenamiento que habéis tenido el orgullo de crear. Quiero darte las gracias por confiar en mí y animarme a plasmar mis sentimientos y emociones para intentar explicar un poquito mejor la parte sentimental que, a mi juicio, juega un papel clave en el deporte. GRACIAS.

También quiero darte las gracias como entrenador, David, pues, como ya citaba antes arriba, aunque ambos sabemos que no soy la mejor alumna, ni desde luego la más disciplinada o metódica jajajjajaja, también sabemos que siempre que hemos fijado un objetivo, lo hemos trabajado como tocaba, y sobre todo lo hemos disfrutado y hemos creído en él: lo hemos logrado.

Gracias por ayudarme a terminar en el mismo año mis dos primeras ligas (asfalto y montaña) con éxito y sobre todo gracias por todo lo que ello ha significado y por todos los momentos que he tenido el placer de vivir durante el camino. Gracias por ayudarme a ser finisher de mi primera maratón terminando con una sonrisa de oreja a oreja y sobrándome gas para seguir corriendo una vez llegada a meta. Gracias por ayudarme a correr un 10.000 y hacer marca personal sin darme ni cuenta y disfrutándolo (porque llevaba buenos entrenos encima) e incluso por permitirme participar en la 56K de Menorca teniendo un calendario caótico y aún así darme las fuerzas suficientes para conseguir terminarla con éxito…

Gracias por todos los logros «palpables», pero sobre todo gracias por creer en mí, y por conseguir que, a pesar de todo, a día de hoy, yo todavía siga confiando en mí misma. En mis virtudes, en mis defectos, y en lo que queda por venir. Gracias por ayudarme a ser mucho más feliz y por enseñarme que nada de esto vale la pena si no lo disfrutamos, si no lo luchamos, si no lo vivimos al máximo y si no apreciamos a quienes nos acompañan a cada paso y nos ayudan a dar el siguiente.

Gracias por vuestro tiempo, por vuestros ánimos, por vuestras palabras de aliento, y por supuesto también gracias por haberme dado el placer de ser yo la que animase, la que alentase y la que sufriera y disfrutara con vuestros éxitos y con los del resto del grupo. Gracias por permitirme conocer a gente tan maravillosa durante el camino y gracias por tantos y tantos momentos. Gracias por darme vida.

 

Y en definitiva, gracias por ser unos grandes entrenadores, pero sobre todo, gracias por ser unas grandes personas y por haberme permitido formar parte de vuestras vidas. Nunca olvidaré dónde empezó mi camino.

Nos volveremos a ver…

 

Laura.

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