Nuestro universo a medida

Estaba pensando sobre qué iba a escribir hoy. No creáis que es fácil para mí encontrar algún tema, alguna idea o algún momento que me transmita algo. Hay veces que me inspira hasta una patata frita y otros días podría tener delante la octava maravilla que no me saldría ni un verso jejejeje. Supongo que depende de muchos factores. El caso (que como siempre, ya me estoy yendo por las ramas) es que buscando tema se me ha ocurrido que quizá bastantes hayáis pensado que qué flipada que estoy, que siempre estoy como pensando en positivo, o intentando motivar o hablando de cosas súper happy flowers pero que luego la vida es bastante más jodida. Y que se nota que aún tengo 23 años, que ya maduraré a hostias.

Y bueno, en parte es verdad (dentro vídeo jajajajjaja):

 

Sí, es de Rocky, ajjajajajajjajaja. Y sí. Es verdad pues el mundo no es todo «alegría y color». Pero, por otro lado, no es nada verdad pues si estamos aquí es precisamente para vivir esos momentos de «alegría y color». Para, como dice mi madre: «VIVIR EN VOZ ALTA». Y claro, si quieres lo bueno «tendrás que soportar los golpes». Pero eso no es malo. Son simplemente circunstancias que nos recuerdan que seguimos vivos.

10

 

Así, reflexionando de nuevo acerca de todo esto, reflexionando, valga la redundancia, acerca de la seriedad de mis reflexiones me he dado cuenta de que no tienen porque ser serias para ser importantes. Quiero decir, que, aunque parezca que siempre estoy redundando en lo mismo, al final es lo único que importa: El no callarnos un te quiero o no guardarnos un abrazo, el pedir perdón, una y mil veces, el dejar brotar todas las carcajadas que podamos y a veces también: las lágrimas. El estar vivos, joder.

Ana María Matute decía que «el mundo hay que fabricárselo uno mismo, hay que crear peldaños que te suban, que te saquen del pozo. Hay que inventar la vida, porque acaba siendo verdad».

O esta frase:

gg

¿Acaso no es cierto? Siempre es un tema que me ha dado mucho dolor de cabeza: el pasarse un huevo de años estudiando y después no disfrutar de la vida. El tirarse toda la vida deslomándose a currar, sin disfrutar los pequeños instantes (o crearlos), y, una vez llegada la jubilación, y todavía con un montón de planes, que un jodido infarto te mande para el otro barrio. Hostias. Es que a veces, parece que soy muy pesada repitiendo lo de aprovechar el momento y disfrutar todos los pequeños instantes y tal… ( mi pareja lo sabe pues el raya en pesimista y yo siempre estoy del rollo… «bueno pues ahora te estás comiendo unos canelones, pues olvídate de lo que sea y piensa que son los mejores canelones del mundo, como si te los hubiera preparado Ferran Adrià ¿Sabes?» ), pero realmente, lo que quiero decir hoy, la idea con la que quiero que acabéis de leer este texto es que eso es lo que importa, eso es por lo que vivimos: Por momentos, por sensaciones, por eso que llamamos «felicidad» (pero que sólo dura un momento, y luego como una mariposa puede irse, y volver a posarse sobre ti cuando menos te lo esperas, ya sabes…si la tuvieras siempre encima al final se acabaría muriendo).

Sin título

Porque dime tú que «llenazo» puede tener la gente capaz de mirarte por encima del hombro porque ha alcanzado o sigue algún tipo de ideal o norma (que ni siquiera entiendo). En plan: » Mira, siempre hablando de tonterías o distracciones, lo que tendría que hacer es centrarse y…» ¿Y? ¿Me entendéis? Todo eso: la normalidad, la rutina, las normas, lo establecido, todo está sobrevalorado. TODO. Tenemos que buscar lo que nos haga felices, que la vida es muy corta. Y punto. (Por supuesto una rutina y demás que se traduzca en CONSTANCIA me parece totalmente genial, estoy hablando de MONOTONÍA simplemente por el hecho de ser «normales» o algo así). Para algunos, esa felicidad, su grandeza, su ilusión de las mañanas radicará en hacer feliz o ayudar a más gente (aunque por mi parte considero que esta máxima podríamos adoptarla todos porque siempre que ayudas a alguien haces feliz a dos personas mínimo), para otros en seguir su pasión, desvivirse por aquello que les hace sentir vivos: Desde correr maratones hasta pintar un cuadro o hacer muñecos de fieltro. Y por supuesto tendremos muchos sentidos diferentes a lo largo de nuestra vida. Habrá momentos en que todo el sentido radicará en empezar a compartir nuestra vida con otra persona. Que para algunas personas será otra persona, pero para otras quizá sea un perro. O un pájaro. Lo que quiero decir es que no tenemos que dejarnos condicionar por nada porque vivir la vida de otros… o que otros han montado para nosotros, no es un buen negocio para nada y al final nos va a acabar estallando en la cara.

gg

Lo que quiero decir es que al final la vida va a ser eso… Sentirse vivos. Y que al final después de todo esto la única conclusión a la que llegamos es que la vida no tiene ningún sentido. Ninguno. Se lo das tú: con lo que haces, con tus pasiones, con tus sueños, con tus ilusiones. Tú construyes el universo a tu medida, así que coge las herramientas… y a seguir currando 😉

Laura.

15 Comments

Post A Comment